Si esto fuera una noche fría de invierno, y en
lugar de mayo fuera enero, y si la gente de la calle caminara agarrada a sus
abrigos y a paso rápido, y helara sobre los tejados y en la casa hiciera frío, y
yo me levantara a mirar por la ventana envuelta en una manta en vez de hacerlo
descalza y vestida con un simple camisón, empañaría los cristales con mi
aliento y dibujaría con el dedo un círculo sobre el vaho. Luego desearía que
llegara la primavera y el calor. Por eso sé que no es invierno.