domingo, 2 de diciembre de 2007


Piensa que debería escapar,
descalzarse sobre la hierba.

Cree que algo bueno podría pasarle
si deja explotar la música
y el atropello en sus orejas
y las patadas al asfalto
capturado en gris,
calzado a la carrera.

Las carcajadas
van siempre
desde dentro hacia fuera.

Y saltar de los vagones por impulso,
y trepar a los árboles caducos
de las muecas retorcidas,
un pánico artificial oculto,
un sarcasmo contenido, un rumbo
sin un mar, un cristal,
una cerilla,
el ser de una bombilla
en las noches Diciembre
que no quiere estar ahí,
y aun así se divierte.

Y lo coge todo con la boca
y examina la amplitud de la huella
que deja en cada mordisco
sabe,
que está a punto de ponerse el sol
allí donde siempre será suyo.

Piensa
que si llega a tiempo
todo lo demás
será posible.