jueves, 19 de junio de 2008


Otra vez la misma voz
qué bonito sería
desde algún piso cercano.

Otra vez
la misma música prestada
enciende el silencio
que
acaba de dejar la lluvia.

La cordada de notas
va ascendiendo hasta
tu recuerdo

diría que puedes adivinarlo

es más

diría

que allí donde estés
tú también estás cantando.

Y qué bonito sería.

martes, 17 de junio de 2008


Y si nunca terminan de romperse

los elásticos de piel

que te clavan al muro sigues

tirando y lo demás

ya sabes

se agrieta

y repiquetea

y si otra vez

te desertaste

la cabeza hincada en los hombros

y bajando

plomo tragado contenido y si no

se te renueva el aire y te quedas anclada

en el empeño y aun así

no te muere la fragilidad

hasta que llegue el día

en que

te hayas

muerto

tú,

qué esperabas.

lunes, 9 de junio de 2008


Nada

absolutamente nada

pero al menos la tarde
o la lluvia
o por ejemplo tú


o nada ni estas líneas
que no me igualan
los huesos
ni me duermen
por mi nombre ni me arrancan
de estas teclas ni pueden dejarme

atrás

contigo

ni encalar

las paredes pintadas del tiempo
para que no dijeran nada

nada

ni siquiera otro poema

nada

menos la vida desnuda


escapándose de ti
tú piel de letras heridas
de plástico en los dedos y ya no

me quede

nada.

domingo, 1 de junio de 2008



Se quedó tan lejos como un recuerdo cuando no se piensa en nada. Tan lejos como un capítulo prescindible, como ningún motivo. Tan lejos como decir la última palabra, como un Nunca pronunciado por el mar, como la vida cubierta de frío bajo una manta. Simplemente abrió los ojos en la oscuridad del dormitorio y descubrió que se había ido. Nadie la volvió a ver. Nadie supo cómo lo hizo.