martes, 13 de mayo de 2008

No sé.


Viajo a un lugar por primera vez, y sin embargo, voy de regreso. Sostengo el tiempo que circunda la maleta vacía que miro, que no va a volver. Apenas pienso en nada en especial. Si acaso en la necesidad de un cierre. En la extraña forma de los círculos. En lo lejos que queda el vacío y en la justa inconstancia de los sueños que echo de menos. Visto un color gastado sólo por invocar un recuerdo, pero no por nostalgia. Me dejo caer en la trampa porque ya no entraña riesgo y aun así me resisto y no la cierro. Me resisto a ser ni dentro ni fuera del círculo y la miro. No sé, me pregunto. Retuerzo los minutos. Tal vez. Al fin y al cabo, quién sabe en qué tipo de ser temerá convertirse.