domingo, 10 de enero de 2010

Cuatro

Una vez me contaste que cuando eras pequeño viste nevar en tu calle, y que nunca volvió a repetirse. La abuela aquel día te había mandado a comprar azúcar, pero tú te escapaste a jugar con los demás niños. Luego cogiste un puñado de nieve y te lo llevaste a casa. Se te había olvidado el azúcar, y en su lugar le diste a la abuela aquella bola blanca y sucia. En cualquier otro momento ella se habría enfadado mucho, pero aquel día apenas te regañó. La nevada le había ablandado el carácter y por un día te libraste del castigo y dejó que volvieras con los niños. Jugabas con nieve blanca.

Te gustaba recordarlo: de chico vi nevar en Sevilla, decías. Y hoy, tantos años después, ha vuelto la nieve a tu ciudad. Hoy. Cuando se cumplen cuatro años de tu marcha, el cielo se ha vuelto gris, y el aire se ha llenado de copos blancos como aquel día. Yo sé que no tiene sentido, pero ojalá lo hubieras visto.

Ojalá, aunque sólo un instante, hubieras estado allí. Como cuando eras niño. Y siempre.

Ojalá que al menos tu corazón estuviera.

martes, 5 de enero de 2010

Horas

Que no todo puede hacerse en la vida lo aprendí con la primera renuncia. Que nunca seré tan libre como quisiera. Que a veces tengo que escaparme de la cama y fumar sin que nadie lo sepa, que si hubiera alguien entonces ya lo sabría y no sería escaparse. Que me gusta cuando me río a solas sin querer y que ojalá lo hiciera siempre. Que qué bueno este tema, anoche, la predicción del tiempo. Que pensándolo bien qué suerte y para qué pensarlo mal. Que se me olvidó acordarme de la angustia, de esperar que aquél diga, que el otro haga, que algo pase, llegue, no se sabe bien qué. Que me aburro con facilidad y algo culillo de mal asiento. Que me gusta probar pero no tanto quedarme. Que quedarme me cuesta como una muerte, que ya moriré pero dentro de mucho. Que cuando muera me dejen escaparme a fumar y finjan no haberme visto. Que a mi modo viajo, pienso, practico. Que a estas alturas para qué cambiarme por nadie. Que quién me iba a decir y mejor aún qué me dirán. Que detrás de un sueño siempre hay otro. Que me perdone quien me quiera, que quiero a quien perdono. Que ser feliz es una forma de vida, que me vigilas y te lo prometí. Que sólo tú no esperas nada a cambio. Y que nunca lo haya. Que sigamos así. Que de todo lo que no hagamos en la vida sólo de eso nos arrepintamos.