Las piedras callan y son de cemento
la ciudad desvaría
la piel de mis manos resecas al hueso
y la vida nadie sabe: fumo
rachas de frío sobre las flores de marzo
y vagamente lagrimeo, tiempo vago
distancias que atrapan la tarde
en cumbres como aquélla
nadie sabe: oigo
latidos que abandonan la tierra, sé vagar
todo piedra
trenzo ausencias poco dolidas
visito palabras que no dije antes.