sábado, 11 de abril de 2009




Las piedras callan y son de cemento
la ciudad desvaría
la piel de mis manos resecas al hueso
y la vida nadie sabe: fumo

rachas de frío sobre las flores de marzo

y vagamente lagrimeo, tiempo vago
distancias que atrapan la tarde
en cumbres como aquélla

nadie sabe: oigo


latidos que abandonan la tierra, sé vagar
todo piedra

trenzo ausencias poco dolidas
visito palabras que no dije antes.