Los encontré no hace mucho, en un jardín.
Hacía frío.
Ella parecía disfrutar
(aún sigue creyendo que podrá saltarle).
Él parecía protegerse, asustado
(teme que el frío destruya su cuerpo de piedra).
Tan quietos,
diría que ya los había visto antes.
Hacía frío.
Ella parecía disfrutar
(aún sigue creyendo que podrá saltarle).
Él parecía protegerse, asustado
(teme que el frío destruya su cuerpo de piedra).
Tan quietos,
diría que ya los había visto antes.
5 comentarios:
cuánto se echan de menos aquellos saltos. ¿seríamos capaces ahora de saltar sin medir el riesgo?
bonita fotografía y aún más bonito texto.
Tiempo que no pasaba por aquí, este blanco sobre negro, brillante.
Suele suceder que uno pasa por ciertos sitios y tiene recuerdos de cosas que no sabe si han sucedido.
Muchos de esos recuerdos nos alimentan.
Precioso texto y hermosa foto.
Un beso.
Yo nunca fui capaz de saltar sin chafar al de abajo... Oye, a estos,quien los convirtió en piedra?
Buff, qué salto. Yo siempre he sido, soy y seré un saltarín.
Qué gran texto. Me ha encantado, oye.
Publicar un comentario