Las piedras callan y son de cemento
la ciudad desvaría
la piel de mis manos resecas al hueso
y la vida nadie sabe: fumo
rachas de frío sobre las flores de marzo
y vagamente lagrimeo, tiempo vago
distancias que atrapan la tarde
en cumbres como aquélla
nadie sabe: oigo
latidos que abandonan la tierra, sé vagar
todo piedra
trenzo ausencias poco dolidas
visito palabras que no dije antes.
5 comentarios:
aquí hay un canto nuevo
me gusta mucho
un abrazo
Creo que lleva un tiempo visitando palabras que no dijo antes. Esto es un proceso.
...Mmmh...
...Hacía tiempo que no me dejaba caer por tu jardín. Pensaba encontrármelo todo descuidado y lleno de mala hierba (que es como me parece que ando yo últimamente), pero no. Veo que sigue ahí, tan frondoso como siempre...
...Beso...
¿Recuperada?
Espero que, al menos, vitaminada.
Triste ese desvarío de la ciudad de cemento azotada por rachas de frío, tardes extrañas y rumor de latidos fugitivos.
No es extraña la sequedad de las manos ni el incierto lagrimeo ni la evocación de ausencias...
ni esas tristes palabras nunca antes dichas.
Besos.
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