miércoles, 17 de marzo de 2010


Hoy también luce el sol. Paradójicamente.
No seré yo quien te envíe las cartas que te escribo.


2 comentarios:

NáN dijo...

Cuando dejamos que la zona oscurecida nos rodee. Y a pesar de eso sale el sol; paradójicamente. Hay una teoría que dice que todo lo que pensamos llega a la otra parte. Otra teoría se inclina más por la acción: solo lo que hacemos es visible.

La primera se refiere a un zumbido de abeja, que llega a los otros, lo perciben, pero solo en el centro de los centros de los centros (lugar que no visitan) es entendido. Un zumbido molesto, sin más. Inexplicable.

La acción, que empieza por escribir la carta y luego por enviarla, deja abiertos los flancos de la ambigüedad. Y puede volverse inexplicable.

Paradójico todo, sí. Tienes razón.

A lo mejor, lo suyo es vivir diciendo "vale".

Virginia Barbancho dijo...

Bueno, yo no creo que haya que elegir entre una teoría o la otra (ya estamos como siempre con el posibilismo).

Creo que las cosas que pensamos pero no hacemos visibles, sí que pueden llegar. No siempre. No a todo el mundo. Pero aunque sólo sea por lo revelador de algunos silencios, o por lo que se nos escapa entre unas líneas, o en un gesto... puede ser que llegue. Siempre que el receptor quiera entenderlo, claro.

Eso no significa que nada mejor que hablar alto y claro.

Lo que pasa es que a veces esto último resulta imposible.

Maravillas del lenguaje.